jueves, 17 de julio de 2008
UN BUEN LIBRO PARA EL VERANITO.
Ya era hora que siendo Filóloga Hispánica recomendara un libro, en este caso se trata de uno que vino a parar a mis manos habiendo sido comprado por otra persona.Lo empecé una noche en la que no podía dormir y me sorprendió el modo en el que está escrito, la naturalidad con la que el autor nos cuenta su vida y cómo se la cuenta a sus alumnos, de mayor quiero ser como él.
Lo recomiendo porque es sencillo y no se empalaga con el calor del verano, muy rápido de leer y con unos tintes intimistas que te hacen pensar que estás leyendo un diario personal.
Para los que aspiran dedicarse a la docencia es magnífico para abrirles los ojos, para los que no, que vean cómo es la vida de un profesor.
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