Debido a un cambio de compañías he tenido algo abandonado mi blog, ahora, por fin, tengo internet, vuelvo a estar viva en la red, a poder comunicar, a expresarme.
Con la carrera terminada y las oposiciones este verano, tengo que trabajar duro para conseguir uno de los sueños de mi vida, ser profesora de Lengua y Literatura española, y para qué nos vamos a engañar, deseo con todas mis fuerzas este trabajo porque no soporto a los jefes engreídos y explotadores que te tratan con falsedad y que para ellos no eres nada, solo un número, estoy harta de trabajar como dependienta, me gusta la gente y creo que ellos se sienten cómodos conmigo, es cuestión de tratar a cada persona según su forma de ser o su edad, esto es, a las viejecitas con cariño, como si fuera yo una nieta más, y ellas de lo más contento me dicen que el regalo es para una chiquilla como yo, a las que sólo van a mirar, una sonrisa y que se muevan libres por el establecimiento, a las indecisas, no marearlas con muchos productos, decirles cual le conviene más y punto, y así a cada una de las personas, sin olvidar que hay siempre alguno que no esta de muy buen humor y que todo le parece mal, a esos, ni caso. Pero hay días en los que resulta imposible pasar de esa gente amargada y del capullo de tu jefe, que resulta que es más joven que tú y ni si quiera sin graduado escolar, y es cuando piensas que cuánto durará todo esto, cuándo me dedicare a lo mío, que es estar con adolescentes enseñándoles que en la lectura también pueden encontrar mundos maravillosos en donde refugiarse de esa tempestad maravillosa que es la adolescencia.
Ahora estoy lejos de esos jefes, de esos trabajos y me dedico a estudiar, hacer de ama de casa y disfrutar del tiempo libre, hasta que se me acabe el chollo, pero para entonces echaré currículos en otros trabajos.